miércoles, 1 de abril de 2020

ÉTICA DEL DEPORTISTA

ÉTICA DE DEPORTIVA
Como toda conducta humana, también el deporte posee normas que regulan su actividad. En este sentido podemos considerar al deportista no solo como aquella persona que podrá obtener placer en el propio ejercicio del deporte, sino como alguien comprometido con toda su estructura personal. Este compromiso puede adquirir la forma de un contrato el que de hecho contiene tanto factores morales como afectivos. Los primeros estarán vinculados con el cumplimiento de las normas propias del juego y del grupo, mientras que las segundas lo estarán en relación a factores personales depositados en el juego y por la forma en que se sienten afectados cada uno de los miembros del equipo en relación a su capitán , a sus compañeros , al orden del ganar o del perder , al contrincante (en nuestro concepto el “complementario”), no como enemigo sino como temporal complementario imprescindible para que el juego pueda realizarse aún en el caso que se trate de un sola persona. Te invitamos a seguir leyendo este artículo de Psicología-Online, si quieres saber más de la ética en el deporte.

1.El contrincante, un obstáculo a vencer.
El “obstáculo a vencer” está dado por diferentes características del deporte y el deportista. El peso, la gravedad, el volumen, la atmósfera, la resistencia, etc. son solo alguno de los elementos propiamente físicos del deporte/ deportista. De ninguna manera podría ser de otro modo.
En el deporte cabe recalcar, a pesar de su obviedad, el cuerpo con todos sus atributos y reacciones siempre está presente. Por eso el primer obstáculo a vencer siempre será de orden físico.
Todos ya conocemos que no es lo mismo el cuerpo del que juega football, basquetbol o voleibol a pesar de que todos ellos se juegan con pelota, o bien del que nada , hace esquí acuático o rema, aunque el agua sea el elemento fundamental o del que practica automovilismo o corre carreras pedestres aunque la velocidad sea un contrincante.
El contrincante será siempre alguien o algo a ser vencido, no a ser odiado.
Las reglas del juego son reglas de vida sobre la que muchas sino todas las veces , actúan modificando en su bienestar

2. El deporte saludable
La capacidad positiva de la práctica de cualquier deporte adaptado a nuestras posibilidades es un hecho no solo de beneficio físico sino saludable en términos psicológicos , sociales y si se quiere espirituales .
De aquí que consideremos al compromiso con las normas que regulan la práctica del deporte- sin las cuales se desarticularía y conformaría un híbrido-como un hecho que afecta toda nuestra estructura vital y la mayoría de sus funciones. Como consecuencia inmediata este cumplimiento del compromiso deportivo interesa a la persona en término de valores saludables.
Toda persona que anhele mejores condiciones de vida, debería incluir dentro de sus posibilidades inmediatas la práctica sistemática de un deporte o actividad física, la que bajo una dirección profesionalizada, le garantice los efectos persistentes deseados.
3. Del equipo profesional
El equipo multidisciplinario básico (profesional de la actividad , entrenador, médico y psicólogo), en los casos de personalidades maduras tanto jóvenes , como adultos y mayores es imprescindible . Cuando más lo serán en aquellas situaciones en las que la salud física y mental se ve comprometida. En este último caso , el equipo debería estar conformado por mayor cantidad de profesionales especializados . Sobre estos grupos y equipos de trabajo trataremos más adelante. Tanto en la primera situación como en la segunda también se halla implícito el cumplimiento de normas que garanticen el eficaz y ético desempeño de los profesionales involucrados.
De todos modos el compromiso personal, en uno y otro caso es consigo mismo, con su equipo, con su familia, con sus amigos y su área laboral. Cualquier profesional que anhele pertenecer al deporte , deberá conocer profundamente no solo la conformación del mismo sino su historia y las reglas condicionan su desarrollo.
4. Integración del deporte a la Vida
Tal como señalamos con anterioridad, las reglas del deporte son reglas de vida. La experiencia inmediata muestra que la practica de una actividad física basada en un disciplinado y ordenado sistema no solo genera una rápida descompresión personal sino que provee a cada persona de un sentimiento inmediato de plenitud. Y esto es así desde la antigüedad. Muchos son los filósofos que señalaron profundamente la importancia del deporte , aconsejando sobre la integración que los mismo producen en la dualidad humana . “Mens sana in corpore sano “es la síntesis más conocida de este pensamiento universal.
Integrar una actividad física a nuestra vida es un hecho ético con una notable cantidad de beneficios. Si bien algunos de éstos se hallan asociados a factores neuróticos de la personalidad o a réditos económicos o al poder.
Estos factores que podríamos considerar negativos, no devienen de la estructura del deporte en si, sino del uso indebido y antiético del mismo, en parte debido posiblemente a las características de personalidad de deportista que aún a sabiendas de esto se deja involucrar, aunque hay situaciones en las que no es consiente y en parte a otras personas que lucran y se benefician con el deporte practicado por otros.
No obstante y salvando las distancias, el aspecto económico deberá observarse desde una perspectiva más amplia tal como lo es la institucional donde el dinero es necesario para su sostén, administración, evolución y progreso.
Tampoco podemos ser tan simples y enjuiciar a aquel deportista que en su vida acceda a posiciones políticas ya que en la imaginería pública siempre se espera que si ese deportista tuvo éxito como tal, haga lo propio dignamente en la función pública. Si bien no existe una correlación estrecha entre ser un deportista glorioso y ser un funcionario exitista, la fantasía global de diversas sociedades así lo admite y así lo necesita pensar.
De hecho, esto señala claramente que, la mayoría de las personas adhieren a que las normas y las reglas del deporte son siempre de naturaleza moral positiva.
Quizás a esta altura podría considerarse la posibilidad de que un deportista profesional presente algún estilo de juramento hipocrático, sobre todo cuando él mismo puede llegar a ser modelo con el cual se identifican multitudes de personas de toda condición social, económica y cultural.

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